Crisis en bolsas, bancos, mercado inmobiliario, euro, EE. UU., Europa... por no seguir. La desilusión generada tras la crisis de 2008 ha generado un nuevo fenómeno: la gente invierte en bienes tangibles, en cosas concretas: oro, cuadros, coches antiguos, relojes.

La particularidad de una inversión en relojes de colección reside en su increíble potencial de revalorización y en su estabilidad a largo plazo, lo que lo convierte en una inversión "responsable".

Por definición, solo existe un número limitado de piezas de colección, la oferta es limitada. Sin embargo, el número de coleccionistas (es decir, la demanda) no deja de crecer en todo el mundo.

La mejor prueba del creciente interés por las piezas de coleccioncitas reside en el hecho de que las mejores marcas (Rolex, Patek, Omega, Jaeger Le Coultre o Vacheron) no dejan de resucitar relojes legendarios para vender relojes nuevos. Pero nada puede sustituir al "original", al "auténtico". 

Los ciudadanos indios y chinos han entrado en el mercado y representan actualmente 2/3 de los compradores de las piezas importantes en las salas de venta. En 2010 se han creado fondos de inversión de varios millones de euros. Es comprensible, ya que no existe ningún ejemplar de pieza mítica cuyo valor se haya depreciado en los últimos 10 años. Sin embargo, algunos modelos de Rolex o de Patek han multiplicado su precio por diez en un periodo de 10/15 años. 

Y todo, haciéndolo por placer, llevando el objeto deseado sin problemas ni gestiones complicadas, a la inversa de otras inversiones como por ejemplo cuadros o coches antiguos (almacenamiento, seguros, reparaciones...). Sin duda, la mejor conjunción posible de la ecuación: protección de capital / reembolso por inversión / placer. ¡La pasión convertida en razón!

Estaremos encantados de asesorarle en la confección de su colección ideal y seguro que nuestra experiencia de más de 20 años en el sector le será de gran ayuda.